10 de marzo de 2010

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Lugartenientes de la nada
monopolistas de las grandes cosas invisibles y desbordantes.
Rabinos del Ranúnculo Dorado,
cuidadores de surco inmóvil.
Os sabemos grandes y finitos, os veneramos (si hace falta) con unción de filisteo.
Os devolvemos la nada, a manos llenas si es preciso.
¡Pero decidme, decidme!: ¿qué buscáis entre las flotantes heces y las moscas que agonizan bajo el agua?