1 de septiembre de 2009

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Llegados a este punto deberemos estar preparados: un elefante asesino elevando como un muñeco de trapo a su cuidador, soltándolo a una rota acrobacia en el aire y aplastándolo luego como a un insecto sin mostrar ninguna misericordia, es una señal.
A pesar de los gritos, de los focos, de las carreras y de la tremenda algarada, hay que estar preparados.