13 de agosto de 2010

HAY TIEMPO PARA NIETZSCHE

"¡Mirad bien a esos superfluos! Consiguen fortunas y con ellas se vuelven más pobres. Poder es lo que quieren y sobre todo la palanca del poder, mucho dinero -- ¡esos incapaces!
¡Miradles cómo trepan, esos ágiles monos! Trepan unos por encima de otros y así se arrastran en el fango y el abismo.
Todos quieren subir al trono: la locura que tienen --¡es creer que la felicidad se asienta en el trono! A menudo es el fango lo que se asienta en el trono -- y a menudo también el trono en el fango.
Dementes son para mí y monos trepadores e impulsivos.
Mal me huele su ídolo, la fría fiera: mal huelen todos ellos juntos, esos idólatras.
Hermanos, ¿es que queréis asfixiaros en el vaho de sus hocicos y concupiscencias? ¡Sería mejor que rompieseis las ventanas y saltaseis al aire libre!
¡Apartaos, por favor, de ese mal olor! ¡Alejaos de la idolatría de los superfluos!
¡Apartaos, por favor, de ese mal olor! ¡Alejaos del humo de esos sacrificios de hombres!
Para las almas grandes ahora está la tierra todavía libre. Vacíos todavía hay muchos lugares para solitarios y parejas solitarias en torno a los que flota el olor a mares tranquilos.
Para las almas grandes hay todavía una vida libre. En verdad, quien poco posee, tanto menos es poseído: ¡alabada sea una pequeña pobreza!
Allí donde el Estado acaba -- ¡mirad allí, por favor, hermanos! ¿No veis, el arco iris y los puentes del superhombre? --

Así habló Zaratustra."

Friedrich Nietzsche