2 de julio de 2010

HAY TIEMPO PARA ARTHUR MACHEN

"Encontraba un poco ridícula la idea corriente de que el lenguaje y la conexión entre las palabras son importantes sólo en la medida en que son un medio de expresión: como si la electricidad hubiera que estudiarla sólo para establecer comunicación `telegráfica´ entre las personas, dejando sin explotar todas sus otras propiedades. El lenguaje, se daba cuenta, era importante sobre todo por la belleza de sus sonidos, por el hecho de estar dotado de vocablos sonoros, deliciosos al oído, por su capacidad de sugerir -cuando se halla exquisitamene ordenado- impresiones maravillosas, indefinibles, quizá mucho más encantadoras y mucho más alejadas del estricto dominio del pensamiento que las impresiones producidas por la misma música. Aquí se halla oculto el secrero del arte sensual de la literatura: es el secreto de la sugerencia, el arte de producir sensaciones deliciosas mediante el uso de las palabras. En un sentido, por tanto, la literatura era independiente del pensamiento (...)

"Y sin embardo era algo más: además del pensamiento lógico, que representaba a menudo un obstáculo -un accidente perturbador, aunque ineludible-, además de la sensación, siempre deliciosa y placentera, además de esto, estaban las imágenes indefinibles, inexpresables, que toda buena literatura despierta en la mente. Al igual que asombra el químico, durante sus experimentos, al descubrir en el crisol o en el receptáculo elementos inesperados y desconocidos, al igual que el mundo de las cosas materiales es considerado por algunos como un fino velo del universo inmaterial, así mismo quien lee prosa o versos maravillosos tiene conciencia de ciertas sugerencias que no pueden ser expresadas con palabras, que no emanan del sentido lógico, que más que tener relación con el placer sensorial son paralelas a él. El mundo así desvelado es más bien un mundo de ensueños, el mundo en que viven a veces los niños, que aparece instantáneamente y se desvanece del mismo modo, un mundo más allá de toda expresión o análisis, que no pertenece al intelecto ni a los sentidos."

Arthur Machen